Imaginemos que un grupo de personas muy ricas y bien trajeadas van a un buen restaurante. Cogen la carta y piden, de lo más caro, mucho más de lo que podrán comerse y beberse. Se hartan. Piden la cuenta y el camarero la lleva amablemente. Como es lógico se trata de un importe alto; tanto que deciden no pagar y se marchan, tan panchos. Para sorpresa de los camareros, los dueños del restaurante dicen que no hay ningún problema y que ya se encargan ellos. Alguno incluso se despide agradeciendo la visita. Una vez que ya se han marchado, los dueños se dirigen a los camareros y a los cocineros y les advierten: esta cuenta la pagáis vosotros.
En algo parecido consistió la crisis-estafa económica de 2008: quienes la generaron se fueron sin pagar y su parte, gracias a los gobiernos de Zapatero y Rajoy, la pagaron también las familias trabajadoras.
Hoy el debate es el mismo: quiénes van a pagar las consecuencias de la crisis del coronavirus. ¿Otra vez las familias trabajadoras, la mayoría social que lleva diez años sufriendo el deterioro de sus condiciones de vida? ¿O, por primera vez, los costes van a ser compartidos entre el conjunto de la sociedad? Me temo que el escenario político se está embarrando demasiado, entre otras cuestiones, porque hay quienes no se atreven a encarar de frente este debate.
El neoliberalismo es un dogma económico que está muriendo de éxito. Lleva más de 40 años intentando cargarse el Estado, privatizando los servicios públicos y alimentando el individualismo. Una crisis como la actual revela que es sencillamente incompatible con la propia vida, pues nos está salvando todo aquello que aspira a eliminar. Pero esto no significa que los neoliberales vayan a entonar el mea culpa o vayan a aprender alguna lección, ni de lejos.
Los neoliberales son como un padre estricto e inflexible para los de abajo, pero permisivo y generoso para los de arriba. Solo el rescate de los bancos nos costó 60.000 millones de euros. No hace falta que sumemos los aeropuertos sin aviones, las autopistas sin coches o los sobres. Que rescatemos a las élites económicas que fueron responsables de la crisis está bien, pero que el Gobierno conceda por primera vez un ‘paro’ a más de 900.000 autónomos o facilite un ingreso mínimo para que los niños pobres puedan comer, está mal. Esto es lo que se está debatiendo y lo que la oposición quiere tapar con bulos e histeria.
Lamentablemente no vamos a tener los debates serenos que nuestro país necesita en una situación como esta. Hay que intentarlo sin descanso pero es muy difícil que ocurra, y no solo porque Vox esté en posiciones ultramontanas. El PP tampoco puede permitirse un debate racional sobre el blindaje de la sanidad pública, por ejemplo. Son muchas décadas privatizando y recortando los servicios públicos que hoy nos están salvando con tantas dificultades. Recortar la sanidad pública significa que haya menos médicos, menos camas, menos medicamentos. Podríamos hasta olvidar lo hecho en el pasado y pensar únicamente en el futuro, pero sus proyectos neoliberales están hechos solo para las élites, para los poquitos que puedan vivir aislados de la sociedad, de los servicios públicos y de los cuidados propias de una comunidad.
Frente al ‘sálvese quien pueda’ de quienes están votando en contra de que no se pueda despedir a ningún trabajador ni desahuciar a nadie de su casa en plena pandemia mundial, protección social. Frente a quienes quieren anteponer sus privilegios al bien común, el artículo 128 de la Constitución. Frente a la crispación, el odio y los bulos, solidaridad, fraternidad y empatía.
España es un país mucho mejor de lo que creen quienes piensan que pueden sacar tajada de nuestro enfrentamiento. El pueblo español está dando un ejemplo de sacrificio y disciplina. Hoy aplaudimos a los trabajadores sanitarios, a los taxistas o a los dependientes de supermercados, por poner solo tres ejemplos, pero mañana no bastará con el aplauso: tenemos que blindar, por ley, sus derechos. Tras la crisis seguirán siendo esenciales.
Artículo publicado en El Independiente de Granada el 20 de abril de 2020: https://www.elindependientedegranada.es/politica/patriotismo-bien-comun-es-unica-salida-crisis