La actual crisis nos ha puesto de manifiesto a todos algo que quizá alguno no sabía o no quería ver: no se han hecho las cosas bien. Lo cierto es que la crisis no ha venido de manera imprevisible como un fenómeno atmosférico, sino que es el resultado de unas políticas injustas que vienen de hace mucho tiempo. España es un país que ha visto durante décadas cómo se agudizaban sus contradicciones sociales y económicas hasta los extremos que hoy en día padecemos.
Sufrimos una desigualdad del mismo nivel que la que existía en 1947. El 10% de la población más rica tiene el 41’9% de la riqueza. Entre 1994 y 2006 la parte de los salarios cayó un 8%. Sólo el 1% más rico de la población se benefició del crecimiento de nuestra economía. Un pequeño autónomo paga más impuestos que un multimillonario. El fraude fiscal de las grandes empresas y bancos equivale a más de 70.000 millones de € al año. Para qué seguir…
¿Cuáles son las consecuencias de las políticas injustas aplicadas y de no aplicar otras para impedir estos chanchullos? Entre otras muchas cosas, que en España la pobreza ha ascendido a más del 20%, es decir que más de diez millones de españoles son pobres. Cifra que ha aumentado respecto a 2008 e irá aumentando. El rico es cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre. Es la lógica del sistema. Es la lógica del capitalismo.
Los andaluces tenemos el dudoso honor de ser los que más sufrimos estas desigualdades. Con Extremadura (seguidos de Murcia y Canarias), somos los más pobres del país: el 30% de los andaluces, es decir más de dos millones y medio de andaluces son pobres. Somos la Comunidad que encabeza el paro con una tasa en torno al 30%, también el paro agrícola con el 32,54%. El paro juvenil ronda el 50%, lo que quiere decir que la mitad de los jóvenes andaluces están parados. Para qué seguir…
La solución de la crisis y la erradicación de estas desigualdades no pasa por un cambio de actores sino por un cambio de escenario; por un cambio de modelo. Alternativo, justo, igualitario, que ponga como prioridad los intereses de la inmensa mayoría y no los de esa inmensa minoría compuesta por banqueros y grandes empresarios. Que redistribuya equitativamente y haga que los recursos de España sean para los españoles y los de Andalucía para los andaluces, no para las aves de rapiña que dirigen la UE y desde sus acomodadas poltronas nos dicen que tenemos que apretarnos el cinturón.
Ni Arenas ni Griñán debatirán sobre la raíz de nuestros verdaderos problemas. Se quedarán en lo superficial y discutirán sobre peculiaridades, harán el paripé para que no nos demos cuenta de que ambos realmente comparten el mismo modelo, el mismo sistema. Ese que nos lleva a la ruina. Quieren que caigamos en ese moderno timo de la estampita llamado bipartidismo: si el PSOE lo hace mal, voto al PP, si éste lo hace mal, voto al PSOE. Y mientras ellos se reparten el pastel, nosotros nos cubrimos de pobreza y miseria.
El 25-M los andaluces tenemos otra oportunidad para decir que estamos hartos. Para decir que ni queremos vivir en Guatemala ni queremos ir a Guatepeor. Ni el PSOE de los ERE’s ni el PP de las privatizaciones. Queremos cambio, pero cambio de modelo, de escenario, no de actores vendidos a los banqueros.
Decidme andaluces, ¿hasta cuándo?