Artículo publicado en El Independiente de Granada el 21 de febrero de 2019.
El PSOE ha presentado uno de sus eslóganes para una campaña electoral que en realidad Pedro Sánchez empezó hace varios meses: “La España que queremos”. Creo que habría sido un ejercicio de honestidad un lema más modesto como por ejemplo: “Sólo un poquitín de la España que queremos”. Y es que Pedro Sánchez está entonando una música que no suena mal pero que le queda grande, ya que ni es la suya ni se la cree.
Es cierto que en la breve legislatura que comenzó tras la moción de censura se hicieron algunos intentos importantes y también se produjeron algunos avances no menos importantes. Tanto es así que parecíamos iniciar una nueva etapa en la que las consecuencias de la crisis se repartirían de forma más justa y no sólo sobre las sufridas espaldas de la gente humilde y trabajadora. Sin embargo, al PSOE de nuevo le temblaron las piernas a la hora de la verdad y únicamente salió adelante aquello que Unidos Podemos fue capaz de imponer en las negociaciones del acuerdo presupuestario y en los trámites parlamentarios.
No podemos olvidar que hace tan sólo dos años Pedro Sánchez se comprometió en su pacto con Ciudadanos a una subida del 1% del Salario Mínimo Interprofesional, mientras que Unidos Podemos ha conseguido una subida del 22%. La diferencia es importante y tiene que ver con una alianza o con los olvidados de la crisis o con las élites económicas que han saqueado nuestro país y, de momento, están saliendo indemnes.
El ejemplo del Salario Mínimo Interprofesional es paradigmático: Pedro Sánchez dice que quiere avanzar en una dirección democrática y progresista, pero la realidad es que en el mejor de los casos sólo quiere avanzar un poquitín –ese 1%–. La lista de avances importantísimos frenados no es menor, y más temprano que tarde tendrán que explicar, por ejemplo, por qué frenaron la posibilidad de recuperar los derechos laborales mediante la derogación de la infame reforma laboral del PP.
En cualquier caso, la garantía de que España sea un país más justo, más democrático y más igualitario pasa por Unidos Podemos. Únicamente el voto a Unidos Podemos garantiza su traducción en políticas de izquierdas, tan ambiciosas como necesarias para cambiar realmente un país dañado por la gestión oligárquica de la crisis. Para ponerlas en marcha primero hay que creérselas y, segundo, tener la determinación suficiente para enfrentarte a los poderes económicos. El problema de Pedro Sánchez no es tanto que suene mal la música que entona, sino que hace playback y además no escribe su letra.