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Desde hace inexactamente un par de años o más, si abrimos un periódico, vemos las noticias o escuchamos la radio, hay una palabra que sistemáticamente se convierte en protagonista, día a día y de manera casi prerrogativa -con la excepción de que España gane un mundial, entonces ahí ya no. Unos la utilizan con fines electorales, otros la intentan adornar y maquillar en el maravilloso mundo del eufemismo, otros directamente la tergiversan y manipulan, y otros, los más, la sufren. Éstos últimos, los que la padecen, los que cobran una media de 21.500 € al año (aunque la magia de la matemática camufle que el 65 % cobra menos de 1.500 € al mes, si tienes la suerte de ser varón, si no, más del 30 % menos) sólo pueden manifestarse de funesta manera, esto es, en la calle y bajo la atenta mirada de los centinelas a la orden de sus pudientes -bajo la amenaza de la porra de unos picoletos, vaya. No obstante, sus voceros, esa minoría absoluta que no la tiene que penar porque, sencillamente, no va con ellos, cuenta con multitud de medios de (in)comunicación: televisión, radio, prensa, etc. donde tienen la oportunidad de hablarnos de ella, de explicárnosla, y también de aconsejarnos, de dictarnos, de hablar de austeridad, paciencia, compromiso, fe, y lo más jocoso: de apretarse el cinturón.
Dentro de esa minoría que, paradójicamente, habla en nombre y representa a la mayoría, se dan casos extraños si partimos del principio axiomático de que una persona, para representar a otra, ha de vivir y estar en las mismas condiciones que la persona representada. Por ejemplo, el político mejor pagado (con datos del 2009), José Montilla, Presidente de la Generalitat de Cataluña por parte de un partido (PSC) que se autodenomina “socialista” (esa ideología por y para la clase obrera que busca la emancipación de ésta y la abolición de la explotación del hombre por el hombre), cobra 164.043,54 € al año, brutos y sin dietas. Es decir, unas 7 veces más que el español medio. O por ejemplo, el alcalde mejor pagado, Jordi Hereu (Barcelona), también del PSC, cobra 117.398 €, unas 5 veces más que el españolito medio. Por otra parte, el alcalde en cuadragésima posición de mejor pagado (Emiliano García, Toledo) cobra 60.389 €, 3 veces más que el español medio. Por otro lado, tenemos a los presidentes de las comunidades autónomas, presididos, igual que los catalanes (vaya suerte la de éstos…), por José Montilla (164.043,54 €), y con Guillermo Fernández Vara (Extremadura) en última posición, el pobre, con una cifra de 54.244 €, más del doble que la mayoría de los extremeños. En cuanto a diputaciones provinciales, en el 2009 teníamos a Celestino Corbacho (un barcelonés socialista de los pies a la cabeza), cobrando la módica cifra de 144.200 €, más de 6 veces lo que puede cobrar el votante medio del PSC. Más abajo, en último lugar (suena hasta mal y todo) tenemos a todo un izquierdista: Fernando Rodríguez (Sevilla), que cobra 51.936 €, más del doble que la media de los sevillanos…
Ésa es la crisis de la que nos hablan a diario, la de cobrar sueldos astronómicos -sin contar chanchullos y negocios extraprofesionales- por hacer el paripé en televisión Éstos son nuestros representantes, los que nos hablan de apretarse el cinturón y austeridad. Éstos son los que nos hablan de crisis.
A continuación pongo la lista de los políticos mejor pagados en el año 2009. Habría que actualizarla, ya que con esto de la crisis es muy probable que hayan aumentado el sueldo, inversamente proporcional al del trabajador medio. Aparte, van ascendiendo personajes como Leire Pajín, que sus tres sueldos ascienden a la cifra de unos 20.000 € al mes, es decir, unos 240.000 € al años. Una módica cifra para una socialista que afirma que “su compromiso con la política nada tiene que ver con el enriquecimiento personal” y que no duda en levantar el puño y cantar la Internacional. Sí, eso de “¡Arriba parias de la tierra! “…
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