Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, los deshaucios se han disparado hasta la nada desdeñable cifra de 517 al día, o lo que es lo mismo: 46.559 en tres meses. Imaginemos la escena en la que una familia es expulsada de su casa por policías bajo las órdenes de banqueros, a pesar de que llevan años o décadas pagando la hipoteca, porque todos sus miembros están en paro y además ya no reciben ningún tipo de ayuda o la que reciben no da para tanto. Pues así, 517 veces al día.
Por otra parte nos encontramos con que en España el 20% de las casas están vacías, es decir, que la cifra de tres millones de casas vacías que se barajaban en los últimos años puede ascender a seis millones, ni más ni menos.
El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, asumida por todos los países del mundo, dice que «toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica…».
En el mismo sentido dice la sacrosanta Constitución Española, elevada a los altares por quienes ni se la han leído en su vida o por quienes día sí y día también la pisotean a pesar de que es ‘su’ Constitución, en el Artículo 47 del Capítulo III, lo siguiente: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.«
Estamos, sin duda, ante un régimen ilegítimo. Cabe recordar las siguientes palabras recogidas en la Declaración de los Derechos del Hombre de 1793: